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México

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Juicio Contencioso Administrativo Federal 1961/08-EPI-01-4 decidido por la Sala Especializada en Propiedad Intelectual del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, en sesión del 18 de noviembre de 2009. Mayoría de 2 votos y 1 voto disidente. Juez Relator: Luz María Anaya Domínguez. Secretaria: Denisse Juárez Herrera

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TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA

 

SALA REGIONAL EN MATERIA DE PROPIEDAD INTELECTUAL

 

ACTOR: ****** ****

 

COORDINADORA DEPARTAMENTAL DE EXAMEN DE MARCAS “B” DEL INSTITUTO MEXICANO DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL.

 

EXPEDIENTE: 1961/08-EPI-01-4

 

México, Distrito Federal, a dieciocho de noviembre de dos mil nueve .- Estando debidamente integrada la Sala Especializada en Materia de Propiedad Intelectual del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, por las Magistradas CC. LUZ MARÍA ANAYA DOMÍNGUEZ, como Presidenta de la Sala e Instructora en el presente juicio, MARÍA DE LOS ÁNGELES GARRIDO BELLO y MARÍA TERESA OLMOS JASSO, en sesión de esta misma fecha, ante la presencia de la Secretaria de Acuerdos, Licenciada DENISSE JUÁREZ HERRERA, quien autoriza y da fe; encontrándose integrado el expediente, se procede a dictar sentencia de conformidad con lo dispuesto por los artículos 49, 50 y 52 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, y 35 de la Ley Orgánica de este Tribunal vigente a partir del 7 de diciembre de 2007, en los siguientes términos:

 

R E S U L T A N D O

 

1º.- PRESENTACIÓN DE DEMANDA.- Por escrito presentado en la Oficialía de Partes Común de las Salas Regionales Metropolitanas de este Tribunal, el día 11 de agosto de 2008, compareció el C. ***** ******* ******** *****, en representación legal de ****** ****, a demandar la nulidad de la resolución contenida en el oficio con número de folio *********** (no así número de folio MA/M/1985/******* como se indicó en el auto admisorio) de fecha 4 de abril de 2008, emitido por la Coordinadora Departamental de Examen de Marcas “B” del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, mediante el cual se niega el registro de la marca ****** ****** contenida en el expediente número ****** .

 

2º.- ADMISIÓN DE DEMANDA Y REQUERIMIENTO A LA AUTORIDAD DEMANDADA.- Mediante acuerdo de 14 de agosto de 2008, dictado por la Tercera Sala Regional Metropolitana de este Tribunal, quien originalmente tocó conocer del presente asunto, bajo el número de juicio 21405/08-17-03-3, se admitió a trámite la demanda interpuesta y las pruebas ofrecidas, ordenándose correr traslado con copia de la misma y sus anexos, a la autoridad demandada, así como a la empresa ******** ** ******* **** ** ****, en su carácter de tercero interesado, para que efectuara su contestación y se apersonara a juicio, respectivamente. Asimismo, se requirió a la autoridad a efecto de que a más tardar al momento de contestar la demanda, exhibiera el expediente administrativo del cual derivó la resolución impugnada, bajo el apercibimiento de ley.

 

3º.- RADICACIÓN DEL JUICIO A LA SALA REGIONAL EN MATERIA DE PROPIEDAD INTELECTUAL.- En atención a lo previsto por los Acuerdos G/17/2008, G/59/2008, G/JGA/72/2008 y Anexo y G/JGA/73/2008, emitidos por el Pleno de la Sala Superior y por la Junta de Gobierno y Administración de este Tribunal, publicados en el Diario Oficial de la Federación los días 24 marzo, 3, 12 y 22 de diciembre de 2008, mediante acuerdo de 19 de febrero de 2009, esta Sala Regional en Materia de Propiedad Intelectual aceptó competencia por razón de materia para conocer del presente juicio, mismo que quedó radicado con el número 1961/08-EPI-01-4.

 

4º.- CONTESTACIÓN DE DEMANDA, CUMPLIMIENTO DE REQUERIMIENTO Y NEGATIVA A LA SOLICITUD DE EJERCICIO DE LA FACULTAD DE ATRACCIÓN.- Mediante oficio recibido en la Oficialía de Partes Común de las Salas Regionales Metropolitanas de este Tribunal, el día 28 de noviembre de 2008, la autoridad demandada formuló oportunamente su contestación, controvirtiendo los agravios propuestos por la parte actora, ofreciendo las pruebas que estimó pertinentes, solicitando el ejercicio de la facultad de atracción por parte de la Sala Superior de este Tribunal y exhibiendo el expediente administrativo requerido en el auto admisorio. Contestación que se tuvo por admitida mediante acuerdo de fecha 25 de febrero de 2009, en el que se tuvo por desahogado el requerimiento hecho a la autoridad y se resolvió no ha lugar a acordar de conformidad la solicitud del ejercicio de la facultad de atracción por parte de la Sala Superior de este Tribunal, en virtud de que mediante oficio número 10-34-2009 de fecha 9 de febrero de 2009, el Presidente de este órgano jurisdiccional ha informado que a la fecha ya se atrajo un número representativo de juicios sobre la materia que versa el asunto, suficientes para establecer el criterio a seguir.

 

5º.- APERSONAMIENTO DEL TERCERO INTERESADO Y REQUERIMIENTO DE PRUEBA.- Por escrito depositado el 5 de diciembre de 2008 en la oficina de correos del Servicio Postal Mexicano y recibido en la Oficialía de Partes Común de las Salas Regionales Metropolitanas de este Tribunal el 22 de diciembre de 2008, la empresa ******** ** ******* **** ** ****, en su carácter de tercero interesado, se apersonó en el juicio, controvirtiendo los agravios de la actora y ofreciendo las pruebas que estimó pertinentes. El escrito fue acordado en el mismo auto de 25 de febrero 2009, en el cual se le requirió al tercero interesado a efecto de que en el término de cinco días, exhibiera la probanza identificada con el número 3 de su escrito de apersonamiento, bajo el apersonamiento de ley.

 

6º.- DESAHOGO DE REQUERIMIENTO POR PARTE DEL TERCERO INTERESADO.- Mediante proveído de 1° de julio de 2009, se tuvo por desahogado el requerimiento efectuado al tercero interesado ******** ** ******* **** ** ****, en el auto de 25 de febrero de 2009, teniéndose por ofrecida la probanza requerida, identificada con el numeral 3 de su escrito de apersonamiento.

 

7º.- TÉRMINO DE ALEGATOS.- Por auto de 6 de julio de 2009, y al no existir cuestión pendiente por desahogar, se otorgó a las partes el término a que se refiere el artículo 47 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, para formular alegatos, habiendo ejercido ese derecho la autoridad demandada.

 

8º.- CIERRE DE INSTRUCCIÓN.- Mediante proveído de 17 de noviembre de 2009, se declaró cerrada la instrucción en el presente juicio.

 

C O N S I D E R A N D O

 

PRIMERO.- COMPETENCIA POR MATERIA Y POR TERRITORIO PARA CONOCER DEL ASUNTO.- Esta Sala es competente para resolver el presente juicio en términos de lo dispuesto en los artículos 14, fracción XI y 35 de la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa vigente a partir del 07 de diciembre de 2007, al tratarse de una resolución que pone fin a un procedimiento administrativo, y 23 del Reglamento Interior de este Tribunal, aprobado mediante Acuerdo G/SS/1/2009, emitido por la Sala Superior de este Tribunal, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 13 de noviembre de 2009, siendo competente esta Sala por tratarse de la materia en Propiedad Intelectual y por tener competencia en todo el territorio nacional.

 

SEGUNDO.- EXISTENCIA DE LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA.- La existencia de la resolución impugnada en el juicio en que se actúa, quedó acreditada en autos, de conformidad con los artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria, con la exhibición que de la misma realiza la parte actora, así como por el reconocimiento expreso que hace la autoridad en su contestación a la demanda, en términos del artículo 46, fracción I, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo.

 

TERCERO.- ILEGALIDAD DE LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA, POR NO ACTUALIZARSE LA SIMILITUD EN GRADO DE CONFUSIÓN MARCARIA.- En términos de lo previsto por el artículo 50 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, se procede al estudio del ÚNICO concepto de impugnación que hace valer la actora en su demanda, en el cual medularmente manifiesta los siguientes argumentos:

 

  • Que la resolución impugnada es ilegal en los términos de los artículos 51 y 52 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, en virtud de que la autoridad demandada realizó una incorrecta e inexacta interpretación y aplicación de los artículos 87, 88, 89, fracción I y 90, fracción XIV(sic), de la Ley de la Propiedad Industrial, además de ser violatoria de los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 3° de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, toda vez que se encuentra indebidamente fundada y motivada, pues concluye negar el registro de marca ****** ******, considerando equivocadamente que es semejante en grado de confusión con la diversa marca ** ****** * ******.

     

  • Que lo anterior es así, pues respecto a la primera hipótesis que previene el artículo 90, fracción XVI, de la Ley de la Propiedad Industrial, no se actualiza la similitud fonética que hace valer la demandada, toda vez que la autoridad no tomó en cuenta que la denominación ****** ****** se compone de dos palabras, con un total de doce letras (***********************), mientras que la marca registrada citada como impedimento para el registro de la solicitud que nos ocupa, está formada de dos palabras que suman un total de ocho letras (***************), y un diseño original que la distingue de cualquier otra marca, por lo tanto, ninguna de las marcas tiene relación entre sí, haciendo que su percepción sea DISÍMIL.

     

    Que las disposiciones marcarias no impiden el registro en todos los casos en que haya semejanza ni tampoco de denominaciones que compartan un elemento común, sino sólo en aquellos casos en que la semejanza sea al grado de confusión, circunstancia que en la especie no acontece, pues la marca solicitada cuenta con elementos de mayor fuerza que desvirtúan la posibilidad de incurrir en confusión, ya que si bien es cierto las marcas en pugna coinciden en el elemento ******* también lo es que la marca solicitada cuenta con el elemento ******* mientras que la marca registrada cuenta con el elemento ** y un diseño característico que distingue a una de la otra, lo que encuentra apoyo en las tesis que llevan por rubro “MARCAS, CONFUSIÓN DE. ELEMENTO COMÚN QUE NO LA PRODUCE” y “MARCAS, CUANDO NO EXISTE CONFUSIÓN EN LAS”.

     

    Que de una comparación visual alternativa entre las marcas en pugna, se llega a concluir que las semejanzas entre los signos son prácticamente imperceptibles, mientras que las diferencias que se generan, provocan que no exista posibilidad de que el público consumidor las confunda.

     

    Que si la autoridad no se pronunció en cuanto a los aspectos gráficos y conceptuales de las marcas, es porque reconoce que desde dichos puntos de vista no existe similitud al grado de confusión.

     

    Que por cuanto a lo resuelto por la demandada, en el sentido de que debe atenderse primordialmente a los elementos nominales y subsidiariamente a las figuras, tal como se ha evidenciado, las marcas no son semejantes en grado de confusión desde su aspecto nominal, situación que se refuerza si se le agrega el hecho de que la marca citada como anterioridad cuenta con un diseño distinguible y novedoso, por lo que es válido concluir que existen mayor número de elementos que permiten diferencias las marcas en litigio.

     

    Que en consecuencia, la autoridad violó las reglas relativas al análisis marcario, pues el análisis se debe hacer en su conjunto y atendiendo a las semejanzas y no a las diferencias, apreciando las marcas en pugna por imposición y no comparándolas una junto a la otra, y atendiendo a la primera impresión que se genere en el público consumidor, no como ilegalmente lo realizó la autoridad demandada.

     

  • Que en relación con la segunda de las hipótesis previstas por el artículo 90, fracción XVI, de la Ley de la Propiedad Industrial, no se actualiza la confusión marcaria, ya que la autoridad motivó de forma inadecuada su resolución, al no tomar en consideración el mercado y la clientela a la que va dirigido el signo propuesto a registro, pues la marca ****** ******, se solicitó para amparar productos tales como *****, excluyendo expresamente ******** y todas las ******* *********** preparadas con ********; siendo que como se desprende de la etiqueta del diseño de la marca registrada citada como anterioridad, ésta es usada para vender ********, que de conformidad con la información obtenida de la página de Internet www.wikipedia.org, se trata de un ***** ********* ********** ** ****** (******)* ******** * ** **** ********* **********, es decir, la marca registrada se utiliza para vender, comercializar y distribuir ********, producto que fue expresamente excluido del alcance de la marca solicitada, precisamente para desvanecer todo tipo de confusión, lo cual encuentra apoyo en las tesis que tienen por rubro “MARCAS, NO EXISTE CONFUSIÓN CUANDO LOS PRODCUTOS QUE AMPARAN SON PARA USO DISTINTO”, “MARCAS. CONFUSIÓN. PRODUCTOS DIFERENTES”, “MARCAS, CUANDO NO EXISTE CONFUSIÓN ENTRE LAS”; por lo que la demandada debió concluir que los productos a los que se aplican las marcas ** ****** * ****** y ****** ******, son diversos.

     

  • Que los argumentos anteriores, se ven reforzados con el caso de la marca “********”, la cual se ha otorgado como marca para amparar productos incluso de la misma clase, sin embargo, se han otorgado los registros por la especialidad de los productos a los que se aplica.

     

    La autoridad demandada, a través de su contestación , refutó los argumentos correlativos, señalando, que al comparar los signos objeto del procedimiento natural, no se limitó a considerar sólo sus semejanzas, sino que siempre consideró el conjunto de los elementos de los signos, apegándose a los criterios judiciales obligatorios y concediendo mayor importancia a las semejanzas que al primer golpe de vista se observan entre estos; sin que lo anterior signifique que se hayan dejado de observar los signos en su integridad, sino simplemente a fin de establecer la confusión entre estos, es menester atender fundamentalmente a sus semejanzas, pues es lógico que sólo éstas y no las diferencias, pueden derivar la confusión.

     

    Que a pesar de que a consideración de la actora, la marca contenga elementos diferenciadores, lo cierto es que la marcas solicitada reproduce casi en su integridad el elemento fonético de la marca citada como anterioridad, por lo que fácilmente podría considerarse por el público consumidor como una derivación marcaria.

     

    Que a pesar de que no pudiera actualizarse la confusión desde sus aspectos gráficos o visuales, lo cierto es que si se actualiza la confusión fonética, pues la marca solicitada reproduce el elemento ******, que es el de mayor relevancia en la marca citada como anterioridad.

     

    Que aunque el actor alegue que los productos vinculados a las marcas se destinan a diferentes mercados o clientes porque excluyó de su solicitud el ********, lo cierto es que ello es totalmente impreciso puesto que en primer lugar, la marca citada como anterioridad no ampara sólo ********, sino ******* *********** en general, como se desprende de los datos registrales aludidos en la resolución impugnada, de tal suerte que si los ***** encuadran dentro de la generalidad de las ******* ***********, indudablemente los productos en comento compartirían los mismos canales de distribución.

     

    Que el hecho de que existan otros registros que a su criterio se ubican en las mismas circunstancias no implica la viabilidad del registro solicitado ni la existencia de criterios contradictorios de la autoridad, pues la autoridad resuelve cada solicitud de registro, atendiendo al caso particular, efectuando para ello los correspondientes estudios de forma y de fondo de manera individual, y sobre todo, porque la ley establece el procedimiento para impugnar la concesión de un registro; de modo que no existe ninguna obligación de otorgar o negar un registro en atención al resultado de otras solicitudes.

     

    El tercero interesado, al apersonarse en juicio, manifestó que su marca se formuló evocando aspectos de copas de cerros, así como también un maguey en la luna, con lo que precisamente se da tanto fonética como visualmente la idea de lo alto, por lo que es claro que se actualiza la similitud en grado de confusión con la marca que se pretende registrar.

     

    Que el registro de la marca ** ****** * ****** ampara en forma general ******* *********** (excepto *******), sin limitarlo a situación alguna, siendo la marca de carácter mixto, lo que le permite ser utilizada en una gama de productos con contenido ********** y que el hecho de que en el diseño se haga referencia a alguna de las ******* que ampara, ello no le limita a utilizarla en los demás productos para los que fue otorgada.

     

    Que las palabras ****** * ******, atendiendo a su definición, evocan en ambos casos conceptos semejantes, circunstancia que no puede ser desvirtuada por la actora, ni pretender eludir el grado de confusión que las mimas pudiera generar en el público consumidor.

     

    Que de los elementos que componen la marca registrada se desprende un ********** **** ****** * ****** * *** ****, lo que lleva a la reflexión de “***** ***** ***** ** ******”, evocando con ello semejantes conceptos como lo es la ****** ******, es decir, que tales circunstancias refuerzan la confusión determinada por la autoridad.

     

    En sus alegatos, la autoridad demandada sostiene la validez de la resolución impugnada y solicita se tengan por reproducidos los argumentos expuestos a través de su contestación.

     

    Una vez analizados los argumentos expuestos por las partes, esta Sala estima infundados por insuficientes los argumentos de agravio hechos valer por la actora, conforme a las consideraciones que a continuación se exponen:

     

    En principio, es de mencionarse que de la simple lectura de la resolución impugnada (fojas 34 a 41 de autos), a la cual esta juzgadora otorga valor probatorio en términos del artículo 46, fracción I, de la Ley de la Propiedad Industrial, se desprende que la causa medular por la cual la demandada resolvió negar el registro de la marca ****** ****** ******, fue porque a su parecer, existe similitud fonética en grado de confusión con la marca registrada ****** ** ****** (y diseño), en términos del artículo 90, fracción XVI, de la Ley de la Propiedad Industrial , toda vez que la marca propuesta a registro reproduce el elemento esencial nominativo ****** que forma parte de la marca registrada, intercambiando la preposición ** por la palabra ******, la cual no es un vocablo distintivo, pues se trata de un adjetivo que refiere a ** *** ****** ** ** ******** ******* * ******, que en relación con los productos a los que está destinados, sólo pudiera indicar una de sus cualidades; por lo tanto, parecieran variantes marcarias procedentes de un mismo titular, y que si bien la marca registrada cuenta con un diseño además de su denominación, este hecho no es favorable para el solicitante, debido a que el elemento de mayor fuerza distintiva dentro de las marcas que cuentan con denominación y diseño, es precisamente la denominación.

     

    Aunado a lo anterior, se señala que dicha similitud en grado de confusión se refuerza considerando que ambos signos se destinan para acaparar los mismos productos en cuanto a los coincidentes, pues no obstando que mediante la contestación de impedimento legal, se repone la solicitud de registro de marca en el expediente que nos ocupa, excluyéndose expresamente la ******** y todas las ******* *********** preparadas a base de ********, ello no es suficiente para desestimar el impedimento legal citado por la autoridad, pues al pretender amparar ***** que son ******* *********** que se obtienen del **** ** *** **** **********, * ******* ************ *** ************, éstos necesariamente se encuentran dentro de la generalidad de ******* *********** que ampara de manera explicita, la marca registrada citada como anterioridad; por lo que de concederse la marca solicitada, compartiría con la marca registrada los mismos puntos de venta, canales de distribución, sector comercial y público consumidor.

     

    Ahora bien, el artículo 90, fracción XVI, de la Ley de la Propiedad Industrial, en que fundó su determinación la demandada, a la letra señala:

     

    “Artículo 90.- No serán registrables como marca:

     

    (…)

     

    XVI.- Una marca que sea idéntica o semejante en grado de confusión a otra en trámite de registro presentada con anterioridad o a una registrada y vigente, aplicada a los mismos o similares productos o servicios . Sin embargo, sí podrá registrarse una marca que sea idéntica a otra ya registrada, si la solicitud es planteada por el mismo titular, para aplicarla a productos o servicios similares.”

     

    (Énfasis añadido)

     

    El precepto antes transcrito establece que no serán registrables las marcas que sean idénticas o semejantes en grado de confusión a otras en trámite de registro presentadas con anterioridad o a una registrada y vigente, aplicada a los mismos o similares productos o servicios , exceptuándose de esto, aquéllas que siendo idénticas a otras ya registradas, su solicitud sea planteada por el mismo titular, para aplicarla a productos o servicios similares; última situación que cabe hace la precisión, en el caso no se actualiza.

     

    En tal virtud, se desprende que aun en el supuesto de que pudiera existir similitud o identidad entre las marcas propuestas a registro y las ya registradas o en proceso de registro previo, para que la confusión de marcas se actualice, deben considerarse los siguientes elementos: 1) que los signos similares o idénticos se apliquen a los mismos o similares productos o servicios, y 2) que dicha similitud o identidad genere la convicción que de concederse la marca solicitada, pueda ocasionar confusión entre el público consumidor, el cual identificaría dicho signo con el previamente registrado; de tal suerte que con ello se está garantizando, por un lado, el derecho de las empresas a identificar sus productos o servicios y posicionarlos en el mercado y, por otra, el derecho de las empresas cuyos productos o servicios ya están amparados por una marca y posicionados en el mercado, a evitar la competencia desleal, evitando con ello que se tome ventaja por terceros de su posición económica en el mercado, para colocar sus propios productos o servicios.

     

    Precisado lo anterior y atendiendo a las pretensiones de la actora, en términos del artículo 50 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, se procede al estudio de similitud fonética entre los signos en pugna, esto es, entre las marcas ****** ****** y ** ****** (y diseño), a fin de dilucidar si existe o no, el grado de confusión que niega la demandante.

     

    Previamente debe decirse que ha sido criterio reiterado y sostenido por el Poder Judicial de la Federación y por este Tribunal, que en materia de confusión de marcas, el estudio que se deba realizar entre dos marcas en pugna, debe hacerse en forma conjunta, tomando en cuenta principalmente las semejanzas, viendo alternativamente las marcas, tomando en consideración los elementos principales o esenciales y, suponiendo que la confusión puede sufrirla una persona de mediana inteligencia, por lo que deberá atenderse a la primera impresión, al efecto que pueda producir en el público consumidor al primer golpe de vista o al ser oídas cuando son pronunciadas rápidamente.

     

    Al efecto, tiene aplicación, la tesis de jurisprudencia VJ-SS-111, aprobada por el Pleno de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, el 18 de noviembre de

    2005 y visible en la Revista de este Órgano Jurisdiccional, Quinta Época, Año VI, número 63, Marzo 2006, página 129; que a la letra indica:

     

    “MARCAS.- REGLAS PARA DETERMINAR LAS SEMEJANZAS EN GRADO DE CONFUSIÓN, CUANDO LOS PRODUCTOS O SERVICIOS SON DE LA MISMA CLASIFICACIÓN O ESPECIE.- La marca es todo signo que se utiliza para distinguir un producto o servicio de otros similares y su principal función es servir como elemento de identificación de los satisfactores que genera el aparato productivo, siendo que para que un signo pueda constituir una marca, es necesario que, entre otros requisitos, tenga una eficacia distintiva, es decir, que revista un carácter de originalidad suficiente para desempeñar el papel que le es asignado por la ley; de ahí que uno de los objetivos al autorizar el registro de una marca es evitar la coexistencia de marcas iguales o semejantes en grado de confusión. Ahora bien, aun cuando la ley no contempla la forma de determinar si una marca registrada es semejante en grado de confusión a otra, el Poder Judicial, ha sostenido a través de tesis y jurisprudencia, que la regla aplicable cuando se trata de determinar si dos marcas son semejantes en grado de confusión, en productos o servicios de la misma clasificación o especie, debe atenderse primordialmente a su conjunto, es decir, al efecto que produzcan tomadas globalmente, no a las diferencias, por lo que para determinar la semejanza en grado de confusión se debe tener en cuenta las siguientes reglas: 1) La semejanza hay que apreciarla considerando la marca en su conjunto; 2) La comparación debe apreciarse tomando en cuenta las semejanzas y no las diferencias; 3) La imitación debe apreciarse por oposición, es decir, viendo alternativamente las marcas y no comparándolas una a lado de la otra; y, 4) La similitud debe apreciarse suponiendo que la confusión puede sufrirla una persona medianamente inteligente, o sea el comprador medio y que preste la atención común y ordinaria.”

     

    En la especie, para realizar el estudio de similitud fonética en grado de confusión debemos atender, en principio, a la pronunciación de manera similar o idéntica de dos o más palabras, lo que implica que al pronunciarse se escuchan de forma similar o idéntica, ello en atención a que puede darse la confusión por semejanzas ortográficas, influyendo la misma secuencia de vocales, la misma longitud de vocales y cantidad de sílabas o terminaciones comunes.

     

    Sirve de apoyo a lo anterior, el criterio sostenido por el Poder Judicial de la Federación que a continuación se transcribe:

     

    “Octava Época

    Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

    Fuente: Semanario Judicial de la Federación

    XV-I, Febrero de 1995

    Página: 207

    Tesis: I.3o.A.581 A

    Tesis Aislada

    Materia(s): Administrativa

     

    MARCAS. REGLAS PARA DETERMINAR SUS SEMEJANZAS EN GRADO DE CONFUSION, CUANDO LOS PRODUCTOS O SERVICIOS SON DE LA MISMA CLASIFICACION O ESPECIE. La marca es todo signo que se utiliza para distinguir un producto o servicio de otros y su principal función es servir como elemento de identificación de los satisfactores que genera el aparato productivo. En la actualidad, vivimos en una sociedad consumista, en donde las empresas buscan incrementar su clientela, poniendo a disposición de la población una mayor cantidad y variedad de artículos para su consumo, con la única finalidad de aumentar la producción de sus productos y, por ende, sus ganancias económicas. El incremento en el número y variedad de bienes que genera el aparato productivo, fortalece la presencia de las marcas en el mercado, porque ellas constituyen el único instrumento que tiene a su disposición el consumidor para identificarlos y poder seleccionar el de su preferencia. Ahora bien, los industriales, comerciantes o prestadores de servicios podrán usar una marca en la industria, en el comercio o en los servicios que presten; empero, el derecho a su uso exclusivo se obtiene mediante su registro ante la autoridad competente, según así lo establece el artículo 87 de la Ley de Fomento y Protección de la Propiedad Industrial, además en este ordenamiento legal en sus artículos 89 y 90, se indican las hipótesis para poder constituir una marca, así como los supuestos que pueden originar el no registro de la misma. Uno de los objetivos de la invocada ley secundaria, es el de evitar la coexistencia de marcas confundibles que amparen los mismos productos o servicios, y para ello estableció la siguiente disposición que dice: "Artículo 90. No se registrarán como marcas: ... XVI. Una marca que sea idéntica o semejante en grado de confusión a otra ya registrada y vigente, aplicada a los mismos o similares productos o servicios. Sin embargo, sí podrá registrarse una marca que sea idéntica a otra ya registrada, si la solicitud es planteada por el mismo titular, para aplicarla a productos o servicios similares..." Por tanto, cuando se trate de registrar una marca que ampare productos o servicios similares a los que ya existen en el mercado, se debe tener en cuenta que dicha marca debe ser distintiva por sí misma, es decir, que debe revestir un carácter de originalidad suficiente para desempeñar el papel que le es asignado por la ley, debiendo ser objetiva o real, con la finalidad de evitar toda posibilidad de confusión con marcas existentes. Determinar la existencia de la confundibilidad de las marcas o la posibilidad de que ella se dé, no siempre es tarea fácil; no existe una regla matemática, clara y precisa, de cuya aplicación surja indubitable la confundibilidad de un cotejo marcario. La cuestión se hace más difícil ya que lo que para unos es confundible para otros no lo será. Es más, las mismas marcas provocarán confusión en un cierto contexto y en otro no; sin embargo, la confundibilidad existirá cuando por el parecido de los signos el público consumidor pueda ser llevado a engaño. La confusión puede ser de tres tipos: a) fonética; b) gráfica; y, c) conceptual o ideológica. La confusión fonética se da cuando dos palabras vienen a pronunciarse de modo similar . En la práctica este tipo de confusión es frecuente, ya que el público consumidor conserva mejor recuerdo de lo pronunciado que de lo escrito. La confusión gráfica se origina por la identidad o similitud de los signos, sean éstos palabras, frases, dibujos, etiquetas o cualquier otro signo, por su simple observación. Este tipo de confusión obedece a la manera en que se percibe la marca y no como se representa, manifiesta o expresa el signo. Esta clase de confusión puede ser provocada por semejanzas ortográficas o gráficas, por la similitud de dibujos o de envases y de combinaciones de colores, además de que en este tipo de confusión pueden concurrir a su vez la confusión fonética y conceptual. La similitud ortográfica es quizás la más habitual en los casos de confusión. Se da por la coincidencia de letras en los conjuntos en pugna y para ello influyen la misma secuencia de vocales, la misma longitud y cantidad de sílabas o terminaciones comunes .

     

    TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

     

    Amparo en revisión 1773/94. Comercial y Manufacturera, S.A. de C.V. 20 de octubre de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Genaro David Góngora Pimentel. Secretario:

    Jacinto Juárez Rosas.

     

    Amparo en revisión 1963/94. The Concentrate Manufacturing Company of Ireland. 14 de octubre de 1994. Mayoría de votos. Ponente y disidente: Carlos Alfredo Soto Villaseñor. Secretaria: Silvia Elizabeth Morales

    Quezada.”

     

    (Énfasis añadido)

     

    Bajo ese contexto, esta juzgadora considera que entre los signos en pugna ****** ****** y ** ****** (y diseño), existe similitud fonética, ello es así, pues acorde a su pronunciación, prevalecen las siguientes características:

     

    DE ALTURA

     

    *********** 4 golpes

    *********** 4 sílabas

    4 vocales ( ******* )

    4 consonantes (******* )

    ****** ******

    ***************** 6 golpes

    ***************** 6 sílabas

    6 vocales ( *********** )

    6 consonantes ( *********** )

    De acuerdo al análisis anterior, se concluye que existe similitud fonética en grado de confusión, toda vez que prevalece similitud en cuanto a su pronunciación; pues no obstante el signo citado como anterioridad no es coincidente en número de golpes, sílabas, vocales y consonantes, con la que se pretende registrar, fonéticamente resulta coincidente la palabra ******, misma que se encuentra inserta en el signo citado como anterioridad, y si bien, omite el prefijo ** y agrega la terminación ******, lo cierto, es que al pronunciarse de manera alternada y conjunta, dicha marca evoca un sonido similar a la previamente registrada, en la inteligencia que la palabra ****** es parte de uno de los elementos distintivos de la marca registrada, y si bien la marca propuesta cuenta con el elemento adicional ******, esto no le genera una distinción suficiente a nivel fonético, pues como se ha dicho, sigue generando, en su pronunciamiento conjunto, un sonido similar al que provoca la marca registrada.

     

    A mayor abundamiento, si bien es cierto que la similitud o identidad de dos o más denominaciones marcarias no es un elemento esencial para determinar su confusión, tal y como ha quedado precisado con anterioridad, lo cierto es que sí constituye un elemento indicativo de la confusión marcaria que puede generar en el público consumidor, lo cual se complementa con el análisis conjunto y alternado de las denominaciones, es decir, observándolas por la totalidad de sus elementos y pronunciándolas una seguida de la otra (Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, 22ª edición, consultada a través de la página de Internet www.rae.es), tal como en el ejercicio que a continuación se expone:

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    ** ******

     

    ****** ******

     

    Precisado lo anterior, se procede al estudio de similitud gráfica entre los signos en pugna, siendo que al respecto, debe señalarse que de conformidad con el criterio jurisprudencial anteriormente transcrito, para realizar el estudio de similitud gráfica en grado de confusión, debemos atender, en principio, a la identidad o similitud de los signos, sean éstos palabras, frases, dibujos, etiquetas o cualquier otro signo, por su simple observación, siendo que esto obedece a la manera en que se percibe la marca y no como se representa, manifiesta o expresa el signo, y esta clase de confusión puede ser provocada por semejanzas ortográficas o gráficas, por la similitud de dibujos o de envases y de combinaciones de colores, además de que en este tipo de confusión pueden concurrir a su vez la confusión fonética y conceptual.

     

    En tal tesitura, esta juzgadora considera que entre los signos en pugna ** ****** (y diseño) y ****** ****** se actualiza la similitud gráfica, ello es así, pues no obstante en un caso se trata de una marca mixta y en la otra, de una marca nominativa, acorde a su composición ortográfica y diseño, se advierten las siguientes características:

     

    (Imagen suprimida por razones de privacidad)

     

    ****** ******

     

    De lo anterior se advierte que existe similitud gráfica, ello así porque comparten los elementos ortográficos de la palabra ******, misma que conforma una parte de los elementos distintivos del signo citado como anterioridad y aunque la marca propuesta suprime el elemento ortográfico ** y agrega al final, los elementos ortográficos de la palabra ******, esto no es suficiente para generarle una distinción a nivel visual, habida cuenta que lo que sigue destacando gráficamente de las marcas en pugna, es precisamente la parte nominativa de las mismas, en especial, la palabra ******, tan es así, que en la marca registrada, el elemento visual que se observa distribuido en mayor proporción en todo el diseño, es precisamente la palabra ****** y subsidiariamente todos sus demás elementos, mientras que en la marca propuesta a registro, la palabra ******, por su posición visual al principio de la marca, destaca a golpe de vista, y de manera subsidiaria la palabra ******, razones por las cuales se actualiza la similitud gráfica en grado de confusión.

     

    Ahora bien, desde su aspecto conceptual, debemos atender a la idea que produce la marca en su conjunto, a primer golpe de vista o de voz, ya sea porque mantienen palabras con una misma o similar connotación gramatical o bien, porque conservan rasgos gráficos que pueden generar una misma o similar idea a las marcas registradas previamente.

     

    En este sentido, esta juzgadora considera que se actualiza la similitud conceptual, ya que, por una parte, la marca registrada ** ****** * ******, en su parte nominativa, genera la idea de “** ********* ******** ** ** ****** * ** ********** ** ** ****** * * ********* **** ********** ****** **** **********”, o bien, algo que es “****” * ** “*********** ******* *****” (Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, 22ª edición, consultado a través de su página en Internet www.rae.es); lo que correlacionado con los demás elementos gráficos de la marca (el diseño consistente en un ******* *** ******* ** **** ** ** ***** * ******** ** ****** ****** ***** ** *****), genera en su conjunto la idea de “*******”* es decir, de algo que “** ********* ** ** ****** ** *** ******* ******** * ******* ***** *** ****** * ********* **** ***** ******** *** ****** *** ***** *** ***” (misma fuente de información; lo que a su vez, relacionado con los productos que ampara la marca registrada, provoca el concepto de que los productos que ampara el signo registrado, son de altura, es decir, de *********** ****** * ****** ** *** ********* ** ** ****** ** *** *******

    ******** * ******* ***** *** ****** * ********* **** ***** ******** *** ****** *** ***** *** ****

    Mientras que la marca propuesta a registro ****** ******, provoca la idea de algo que está en “** *** ****”, es decir, “** ** ****** ******** * ******* * *** ***** ****** ****” (Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española, 22ª edición, consultado a través de su página en Internet www.rae.es), lo que correlacionado con los productos que se pretenden amparar, provoca la idea de que dichos productos se encuentran en ** *** ***** *** ** *** *** ** *********** ****** * ******

     

    De ahí que se colija que se está ante la evocación de ideas similares, pues ambas refieren principalmente, a la idea de **** ** ****** (** *********** ****** * *****), ya sea porque se obtienen de ** ****** ** *** ******* ******** * ******* ***** *** ****** * ********* **** ***** ******** *** ****** *** ***** *** **** * ***** ****** ** ********** ** ** ****** ******** * ******* ** ****; por lo que se actualiza la confusión conceptual de las marcas en pugna.

     

    Precisado lo anterior, esta juzgadora considera que dicha similitud fonética, gráfica y conceptual se actualiza en grado de confusión , porque los signos en pugna, se encuentran encaminados a proteger los mismos productos , en cuanto a los coincidentes, esto es, “******* ***********” (*****).

     

    En efecto, de la simple lectura de la resolución impugnada y de la solicitud de registro marcario de la actora (fojas 40 de autos y 46 del expediente administrativo), documentales a las que se otorga valor probatorio en términos de los artículos 46, fracción I, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo y 203 del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la materia; se advierte que la marca citada como anterioridad por la demandada, se encuentra encaminada a proteger productos de la clase 33 internacional, consistentes en “ ******* *********** (******* *******)”, siendo que la denominación que pretende amparar la actora marcariamente se encuentra encaminada a proteger también productos de la clase 33 internacional, en específico, “****** ********** ************ ******** * ***** *** ******* *********** ********** *** ********.

     

    En este sentido, es oportuno señalar que como “****** **********” debe entenderse cualquier ****** (********* * **** ******* ******) *** ******** ****** (******* *******)* ****** ** *** ****** ** ****** **********: *** ******* ********** *** ************ ********** ( **** * ******** ********** ****) ** *** *** ** ********* ** ******* ** ****** *** ***** ******; *** ********** *** *********** * ************ * ****** ** ** ******** ** ************ (******** ************* ****)* * *** ************ ** ** ************* *********** , *********** * ****** ** ********* *********** ** ****** ******** ***** *** ************* ************** ******* * ********** ***** **** *** ********** ***** ** ****** * ****** ***** *** ** ******* ***** ******** **** ****** ***** ç * * *** , entre otras (http://.wikipedia.org); de ahí que se pueda advertir que el rubro de ******* *********** puede incluir cualquier tipo de ****** ********* * **** ******* ****** *** ***** ******* ****** ** *******, dentro de las cuales, evidentemente se encuentra el ****, al ser éste un “***** ********** *** ** **** *** **** ** *** **** ********** * ****** ************ *** ** ************” (Diccionario de la Lengua de la Real Academia de la Lengua Española).

     

    De ahí que se pueda afirmar que en realidad, la actora pretende amparar uno de los productos que ampara la marca citada como anterioridad, ya que si consideramos que esta última ampara, en términos generales, “******* ***********”, cuya definición se ha precisado anteriormente; es de concluirse que los “*****” que pretende amparar la marca registrada, se pueden incluir en el ámbito de protección de la marca registrada, y en consecuencia, la marca propuesta a registro sí invade derechos exclusivos del tercero interesado, ya que además de que se tratan de marcas similares fonética, gráfica y conceptualmente, amparan los mismos productos, en cuanto a los coincidentes, y por lo tanto, coinciden en los mismos ámbitos de comercialización y público consumidor al que se encuentran dirigidos.

     

    Siendo intrascendente para estos efectos, que la actora a través de su escrito de 5 de octubre de 2007, haya limitado el ámbito de protección de la marca solicitada a registro, a *****, ********** ************ ******** * ***** *** ******* *********** ********** *** ******** , ya que aun cuando la ******** consiste en un tipo de ****** ********** *********** *** ****** ** ******, que consiste en lo siguiente (********** ** ******* *** ******** *** ****** ** ******, consultado a través de su página en Internet http://www.*******************************************.

    htm):

     

    (Imagen suprimida por razones de privacidad)

    ******* ******** * ** **** ********** ********** ************* ** ** ******* ******** ** ******* ** ********* * **** ** ***** ********* ******* ******* ***** ******** *** ***** ** ** ****** ** ** ****** **********

     

    ** ********** ** **** ****** ******* ***** ************ ********* * ** ** ******* ** *********** ** **** ********** *** ************* *** ** ** ******* ** ********* ******* ******* ********** ** ** ****** ******* *** ******* ***** ** ****** **** *** ** *** **** ** *********** ** ** *********** ******* ****** **** ****** ** *** ** *** ****** * ** ** ********* ***********

     

    ** *** * ** ********* *** *** ***** ** ******* ** ** ****** ******* ** ** ********** ** "************ ******* ** ********** * ** ************ ** ****** ********"* *********** ** ****** ******* *** ** ****** ** ****** ** ** ***** ******* *** ** ******** **** ********** ** **** ********* *******

     

    ** ******** ** ****** ** ********* *** *** ******* ********** *** ***** * ***** ************ ******* ** ***** * ** ******* *** ******* ** ***** ********** ***** *** ******* *************** ** *******

     

    ******* ** ***********

     

    ****** ** ****** ***** ***** *** * * * **** ** *********** *** ******* ** ***** *** ***** ******* * ** ******* * ** ***** ***** ** ****** *** *** ******* ***** "*******"* ** **** * **** ** ****** *** ***** ***** ****** ************* *****

     

    *** ******* * ***** *** ********* ** ***** **** ****** *********** *** ***** ** **** ** ********* ******* *** **** *** **** **********

     

    ** ****** *** ** ***** *** ******* ********* **** *** ********** * *************

     

    ** ***** **** ****** ** ****** ** ***** *** ***** ** *********** *********** **** ******* * ****** * ********* ************* **** ****** ** ******** *** ** **** ********* ** ******* ** ************ *** **** ** * ** **** *********** ** ** *********** ********** ***** *** ***** ** ******* ** ************ ** ******

     

    ** ******** ** ** ************ * ***** ** **** ** ********* * **** ** *********** ** **** ** ********* * ***** ******* ** **** ** *********

     

    ** ***** ********** ******** ** ** **** *** ********* ** ** ******** **** ******* *********** ** ******* ** *********** ** ******* ** ****** ** ******* ** *********** ** ***** ** ********* * ****** ** ** ******* *** ** *** ******* ** ****** ********* *** **** ******** ** ***** ******** ** ** **** * * ** *** ***** ***** ** ******** *** ***** *** ******* ** ********* ** ***** ********* ** *** ********* ** **** ******* ***** ***** ** ********* * ** ********** ** ** *** ******** **** ******* ** *********** (***** ***********) ** ******* ** ******** ** *** **** ********

     

    ********** ** ******** ** ******** ******** ******* ** ***** ********** **** ** ********* ***************** ************ * ******** ** ******* ***** ********* ** ********** ** ** **** ******”

     

    Lo cierto es que, aun considerando que la ******** es un ********* proveniente de la ************ ** *** ****** que se dan en el ****** ** ******, no puede soslayarse que la hoy actora pretende comercializar al amparo de la marca ****** ******, las ******* *********** consistentes en *****, las cuales ya se encuentran amparadas, en forma general, por la marca registrada ** ****** * ******, por lo que es claro que se actualiza el grado de confusión a que se ha aludido.

     

    De tal suerte, resultan infundados por insuficientes los argumentos de agravio vertidos por la actora en relación con la inexistencia de la similitud en grado de confusión hecha valer por la autoridad demandada en la resolución combatida, ya que del análisis conjunto y alternado de las marcas, así como del ámbito de aplicación de las mismas, efectuado en el presente fallo, se advierte que éstas mantienen una similitud fonética, gráfica conceptual, aplicada a los mismos productos, en cuanto a los coincidentes, siendo claro que los “*****” que pretende proteger la hoy actora, son una especie o tipo de ******* ***********, que en términos generales, ampara la marca registrada del tercero interesado, siendo claro que de otorgarse el registro solicitado, esto daría lugar a que se invadieran los derechos exclusivos adquiridos por el tercero y se perjudicaría al público consumidor, al inducirlos al error respecto al titular del registro.

     

    Sin que sea suficiente el argumento de la actora, en el sentido de que la demandada no efectuó un estudio conjunto de todos los elementos de las marcas en pugna, tanto nominativos como gráficos, ya que si bien de la lectura integral de la resolución impugnada, tal como se precisó en la síntesis efectuada por esta juzgadora en el presente fallo, se advierte que la demandada sólo se abocó al estudio del aspecto nominativo de los signos, señalando que en relación con el aspecto gráfico de la marca registrada, éste resultaba de menor impacto que su denominación (atento a que el público consumidor atiende más a lo que escucha a lo que observa); lo cierto es que esto no es suficiente para acreditarse la ilegalidad de la resolución impugnada, ya que por una parte, la autoridad sí estudia todos los elementos nominativos de la marca, refiriendo que la palabra ****** que contiene la marca registrada, se reproduce en la marca propuesta a registro, sin que el otro elemento (******) le genera una distinción auditiva, y por otro lado, del estudio efectuado por esta juzgadora, a la totalidad de los elementos nominativos y ortográficos de las marcas en cuestión, se advierte la actualización de la similitud fonética, gráfica y conceptual en grado de confusión, en atención a las consideraciones antes expuestas.

     

    Aunado a lo anterior, debe considerarse que el hecho de que la demandada haya omitido el estudio del aspecto gráfico de una de las marcas en cuestión, no irradia ilegalidad alguna a la resolución impugnada, habida cuenta que para que se actualice el impedimento legal previsto por el artículo 90, fracción XVI, de la Ley de la Propiedad Industrial, basta con que se presente la similitud o identidad de las marcas, en cualquiera de los aspectos que la doctrina y la jurisprudencia han establecido (fonética, gráfica o conceptual), ya que el consumidor puede incurrir en el error en cuanto al titular de las marcas, a través de cualquiera de sus sentidos, ya sea por lo que escucha (fonético), por lo que observa (gráfico) o por lo que entiende (conceptual).

     

    Sin que por lo anterior, se pueda afirmar que se hace un estudio seccionado o segmentado de la marca, ya que el análisis de los aspectos de similitud marcaria (fonético, gráfico o conceptual), es una cuestión distinta al estudio integral de los elementos de la marca (nominativo, gráfico, forma tridimensional, etcétera), pues lo que disponen los criterios jurisdiccionales y la doctrina en este tema, es que la marca se estudie por el conjunto de sus elementos, es decir, por sus componentes, entendiéndose como tales, la denominación completa, su gráfico (en caso de marcas mixtas), o bien, el elemento tridimensional que lo conforme, no así que se estudien todos los aspectos de la similitud marcaria (fonético, gráfico o conceptual), pues es claro que basta con que se actualice alguno de estos aspectos, para que se pueda generar la confusión, ya que el público consumidor puede incurrir en confusión por lo que escucha, observa o entiende.

     

    Con base en ello, se advierte que la demandada no disecciona o segmenta el estudio de las marcas, ya que se observa analiza la totalidad de los elementos fonéticos de las mismas en su conjunto, pues considera tanto los aspectos en que son coincidentes, como en aquéllos en que difieren las marcas ****** ****** y ** ****** (y diseño), conforme al estudio que se observa en la resolución impugnada y que ha sido sintetizado en el presente fallo; siendo que también a través de éste, en atención a sus pretensiones, se ha efectuado el estudio de los aspectos gráfico y conceptual de las marcas.

     

    Asimismo, con lo anterior también es claro que el hecho de que la autoridad demandada no se haya pronunciado de los aspectos visuales o conceptuales de las marcas en controversia, no implica que ésta acepte tácita o expresamente que no se actualicen dichos aspectos de la confusión marcaria, pues tampoco impide que se pueda actualizar la similitud o identidad de las marcas, en alguno de sus otros aspectos; razón por la cual se entiende que la autoridad administrativa, por cuestión de economía y celeridad, no analiza todos los aspectos de la confusión marcaria, y sin que esto soslaye el principio de exhaustividad que deben cumplir las resoluciones administrativas.

     

    Y si bien los criterios jurisprudenciales no impiden que se registren marcas que compartan uno de sus elementos o que tengan un elemento común, lo cierto es que como la propia actora lo reconoce, éste elemento debe estar acompañado de otros que le generen suficiente distintividad frente a la marca citada como anterioridad, sin que en el caso, la palabra ****** le genere dicho elemento distintivo, pues fonética, gráfica y conceptualmente siguen siendo similares entre sí los signos ****** ****** y ** ****** (y diseño), aunado a que amparan la misma clase de productos, en cuanto a los coincidentes, lo anterior, atento a las consideraciones expuestas en el presente fallo.

     

    Por último, en cuanto al argumento relativo a que el dicho de la actora se ve reforzado con el caso de la marca “********”, la cual se ha otorgado como marca para amparar productos incluso de la misma clase, sin embargo, se han otorgado los registros por la especialidad de los productos a los que se aplica; éste es de calificarse de infundado por insuficiente, ya que debe considerarse que de acuerdo con lo previsto por el artículo 90 de la Ley de la Propiedad Industrial, el estudio de las marcas debe ser de carácter individualizado, de tal suerte que se tienen que atender a las características y particularidades del caso, sin que entonces puedan ser vinculativos, los criterios aplicados a registros marcarios que previamente fueron otorgados por la autoridad, y que a parecer de la actora, resultan similares al que se propone.

     

    Sirve de apoyo, la tesis sostenida por el Poder Judicial de la Federación que a continuación se transcribe:

     

    “Octava Época

    Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

    Fuente: Semanario Judicial de la Federación

    Tomo: I, Segunda Parte-1, Enero a Junio de 1998

    Tesis:

    Página: 405

     

    MARCAS. SU REGISTRO ES EN FORMA INDIVIDUAL. La autoridad responsable, debe llevar a cabo el estudio de las denominaciones propuestas de manera individual, atendiendo al caso concreto, según se colige de lo establecido en el artículo 103 de la Ley de Invenciones y Marcas, por ende, es inexacto que la responsable esté obligada a registrar las denominaciones propuestas, por el solo hecho de haber registrado otras parecidas a aquéllas.

     

    SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

     

    Amparo en revisión 324/88. Edison Brothers Store. 10 de marzo de 1988. Unanimidad de votos. Ponente: Luis Tirado Ledesma.

    Secretario: César Thome González.”

     

    En las relatadas consideraciones y tras haberse agotado el estudio exhaustivo de los argumentos expuestos por la parte actora en su escrito de demanda, sin que ninguno de ellos resulte fundado y suficiente para desvirtuar la presunción de legalidad que le asiste al acto impugnado, en términos del artículo 8º de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, procede reconocer su validez, de conformidad con el diverso 52, fracción I, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo.

     

    Por lo anteriormente expuesto y con apoyo en los artículos 49, 50 y 52, fracción I, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, es de resolverse y se resuelve:

     

I.- La parte actora no probó su pretensión, en consecuencia;

 

II.- Se reconoce la validez de la resolución impugnada, señalada en el Resultando 1º. del presente fallo, en atención a los razonamientos expuestos en el Considerando Tercero del mismo.

 

III.- NOTIFÍQUESE.

 

Así lo proveyeron y firman las CC. Magistradas que integran la Sala Regional en Materia de Propiedad Intelectual del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, Licenciadas LUZ MARÍA ANAYA DOMÍNGUEZ, como Presidenta de la Sala e Instructora en el presente juicio, MARÍA DE LOS ÁNGELES GARRIDO BELLO y MARÍA TERESA OLMOS JASSO, ante la C. Secretaria de Acuerdos que autoriza y da fe, Licenciada DENISSE JUÁREZ HERRERA.

 

LMAD/DJH/mach

 

“La Sala que al rubro se indica, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 116, primer párrafo de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública; 3º, fracción IX, de la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados, 113, fracciones I y III de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública; y Trigésimo Octavo, fracciones I y II, y Cuadragésimo de los Lineamientos Generales en Materia de Clasificación y Desclasificación de la Información, así como para la Elaboración de Versiones Públicas; se indica que fueron suprimidos de la versión pública de la presente: datos personales de los representantes de las partes, así como los datos relativos a las marcas y productos a los que se aplican, por considerarse información comercial confidencial, por actualizar lo señalado en dichos supuestos normativos.

Firma el secretario de acuerdos que emite la presente.”